OMS

El radón y la salud

En 1950 se confirmó plenamente la relación causal entre el radón y el cáncer de pulmón.

La OMS llamó la atención sobre el riesgo del radón en 1979, cuando en un grupo de trabajo sobre calidad de aire en interiores se comenzó a valorar la exposición residencial al radón como factor de riesgo.

En el año 1988 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó el radón como cancerígeno humano del grupo 1. En el año 2005 se creó el Proyecto Internacional del Radón, gracias al cual se pudo publicar en 2009 el Manual de la OMS sobre el radón en interiores.

“Según la OMS el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco”.

Datos y cifras

Para comprender mejor la incidencia que puede tener el radón sobre la salud, destacamos los datos más relevantes:

• La exposición al radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco.

• Entre el 3% y el 14% de los casos de cáncer están asociados a la exposición al radón.

• La OMS recomienda un nivel de referencia de 100 Bq/m3 para minimizar los riesgos para la salud de la exposición al radón.

• El riesgo de cáncer de pulmón aumenta un 16% por cada 100 Bq/m3 de incremento en la concentración de radón.

• El riesgo de contraer cáncer de pulmón en un fumador expuesto a radón es 25 veces superior que en no fumadores.

• No se conoce una concentración umbral por debajo de la cual la exposición al radón no suponga un riesgo.

Prevención del cáncer

La lucha contra el cáncer se ha centrado fundamentalmente en el tratamiento, y ha dejado en segundo plano el hecho de que existen factores ambientales, excluyendo el tabaco, que son evitables y que reducirían considerablemente la incidencia de esta enfermedad.

A pesar de estar incluido en el punto 9 del Código Europeo contra el Cáncer, el radón es la causa evitable más desconocida en nuestro país, y nada justifica ese desconocimiento. La práctica ausencia de campañas y medios para informar al público de este riesgo es la causa de esta falta de prevención.

La prevención primaria permite reducir la incidencia de casos y reducir sustancialmente los costes sanitarios y sociales que el cáncer provoca. En el caso del cáncer de pulmón debido a la exposición al radón, y conociendo la tasa de mortalidad que este tipo de cáncer tiene, queda muy claro que la prevención siempre es la mejor opción que se puede tomar.